domingo, 30 de diciembre de 2012

GUILLERMO BOIDO (BUENOS AIRES,1941)



HOSPEDAJE


no necesito de mí
para pensarte
porque
lo que de ti llevo
te piensa

martes, 20 de marzo de 2012

PAUL ÉLUARD ( Francia, 1895-1952)



La enamorada

Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.
Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar  reír
Y hablar sin tener nada que  decir...

Versión de Andrés Holguín

domingo, 11 de marzo de 2012

RODOLFO ALONSO (BUENOS AIRES,1934)



MARIPOSA


Donde estaba el amor
crece el olvido

Tormento atroz

Desnudo al viento
soy llevado

Tormenta atroz

Donde estaba el amor
quedan señales



de Fuegos quedan (1958-1975) según la versión que aparece en Alrededores,Colección Capítulo,Centro Editor de América Latina,Buenos Aires,1983

sábado, 3 de marzo de 2012

HUMBERTO MEGGET (PAYSANDÚ,1926 - MONTEVIDEO,1951)


Tengo ganas de risas raquel

 

Tengo ganas de risas raquel
ganas de ir al cien y ver aquella película
ganas de ver las rosas y no ver las rosas
tengo ganas de tomar el café con leche
y beber
beber
beber
beber
beber aquello y esto
y lo que tú das
y lo que yo ofrezco
ganas de ir y no ver aquella película
tengo ganas de ti y aquél
tengo ganas de coca y raquel .


según la versión que aparece en Antología plural de la poesía uruguaya del siglo XX - Seix Barral - Montevideo - 1995



jueves, 28 de julio de 2011

CLARA JANÉS (BARCELONA, 1940)



Carta  III

 

Nunca sabré de ti,
y eso lo supe
desde el primer encuentro.

Esta certeza tiene tanta fuerza
que es
como si tuviera noticias tuyas
a cada momento.

 


 
de Libro de alienaciones,1980

jueves, 21 de abril de 2011

Elizabeth Eleanor Siddal (Inglaterra,1829-1862)

  


Un Año y un Día.



Lentos días han pasado haciendo un año,
Lentas horas que hacen un día,
Desde que tomé a mi dulce primer amor
Y lo besé a la manera antigua;
Las verdes hojas acariciaron mis mejillas,
Querido Cristo, en este mes de mayo.

Reposo entre la erguida y húmeda hierba
Que se arquea encima de mi cabeza,
Cubriendo mi rostro perdido,
Cobijándome en ese lecho
Con ternura y amor,
Como la hierba sobre los muertos.

Oscuros espectros de un mal desconocido
Flotan sobre mi mente cansada;
Las informes visiones de mi vida
Pasan como un tren fantasmal;
Algunas corren por mis mejillas,
Penosas lágrimas que caen como rocío.

Una sombra descansa sobre la hierba
Y se posa a mis pies;
Un nuevo rostro aparece entre mis manos.
Querido Cristo, si pudiese llorar mi desdicha
Para que el silencio caiga sobre las hojas de estío
Mientras saludo a este nuevo rostro mío.

Sin embargo, no es sino la memoria
De algo que he visto
En un verano de ensueño,
Entre los verdes tallos pequeños:
El rostro de aquel dulce amor,
Que extraño y lejano parece.

El río siempre corre
Entre mis sábanas de césped,
Las voces de un millar de aves
Que cantan sobre mi cabeza,
Me traerán un triste sueño
Cuando este sueño triste haya muerto.

El silencio cae sobre mi corazón
Y agita todo su dolor.
Estiro mis brazos en el pasto largo
Y vuelvo a dormir,
Vacía de todo amor, de vida,
Como una espiga vencida.

lunes, 22 de noviembre de 2010

RICARDO YÁÑEZ (MÉXICO,1948)


No, nada me digas, no quiero saber nada que no sea que me amas,y como ya se bien que no me amas,nada,nada me digas.Déjame ver tus ojos,acariciar tu pelo así nada más sea con la pura mirada,déjame recordar,abrir mi respirar a lo que ya no está,a los nardos,las rosas,a la luz.Déjame maltratarme con la luz.

Déjame maltratarme con la luz de tus ojos,no me des tus cenizas,no me digas qué tal,cómo has estado,supe que.Regrésame el silencio que nos supimos dar.La claridad del aire antes de ser azul,el murmullo del agua repentina que nos dejaba solos en el auto en medio de las horas,cualesquiera horas.Devuélveme tu vino.Tu presente,mi vida.

Ya no traes el anillo que te di, ya no lo llevas.Absurdamente crees que no me amas.No quiero que lo creas,quiero que no me ames y que no me lo digas.Quiero irlo sabiendo como lo voy sabiendo : ya no traes el anillo,ya no me miras hondo,ya tu voz es esquema de una voz cuando me hablas.No quiero que me digas no te amo,eso yo ya lo sé, porque detrás de tan torpes fonemas oigo lo que se oye si uno ama.

Tristemente te veo dejar por todas partes recados de que el amor entre tú y yo es asunto de ayer,de atier,de nunca,y alegremente entiendo que no hay necesidad de esos recados,que sí hay necesidad,la de estar cerca de lo mismo que - ah, cómo - despides y despides.Es como despedirte, lo sabes, de tus venas, tus huesos, tus labios,tu cintura.

Nada me digas ya.Estás hermosa,siempre.Un poco de paciencia me dirá de tu nombre,de tu nombre completo,lo que vino a nombrar.




según la versión publicada en Crítica- Revista Cultural de la Universidad Autónoma de Puebla-México-Nueva época, abril-mayo 1994, Nº 56